30 de septiembre de 2019



Cuantos fantasmas en un beso, o la realidad a pelotazos.
La música de La muerte y la doncella de Franz Schubert con arreglos de Gustav Mahler, funcionará como premonición.
El hermano mayor patea una pelota contra la pared. Una simple escenografía referencial recrea el patio trasero de una casa de “familia”, tal vez de un pueblo chico o del controvertido conurbano bonaerense. Allí se resienten y dificultan las posibilidades de bienestar material y de esa manera se ponen a prueba los límites y el tenor de las alternativas de salvación.
En ese contexto se va a desplegar una trama intensa que anoticia sobre vínculos afectados, traiciones, abusos, reproches, necesidad de un proyecto que de sentido al futuro y todo esto en un clima de violencia latente y explícita que llegará a un punto extremo que no vamos a develar aquí.
Quedaron atrás aquellos días en que se trataba a los sectores más vulnerables con indulgencia justificadora y la obra de Pablo Finamore nos acerca algunas preguntas más que interesantes: hasta donde se puede llegar para torcer la suerte?  Y, que síntomas aparecen en una estructura familiar (país?) cuando un padre (Estado?) opera por  ausencia? 
En Cuantos fantasmas en un beso, la responsabilidad individual y la incidencia de lo colectivo están presentes por igual a lo largo de toda la pieza.
Con una gran coherencia en el uso de los recursos teatrales, lo que le da a la propuesta unidad estética, se construye un clima crudo y áspero que tensiona y conmueve al espectador. Una historia a pelotazos enojados contra la pared, que golpean y resuenan tanto como la realidad.           
Yo que vos…  
Cuantos fantasmas en un beso
Dramaturgia y dirección de Pablo Finamore         
Elenco: Daniela Catz, Mateo Chiarino, Manu Fernández y Malena Finamore Catz       
Teatro Payró, San Martín 766, CABA          
Sábados 21.30 hs.
Jorge Nicosia 
El Rescate – Lunes a las 20 hs.        
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10 de septiembre de 2019

3 de septiembre de 2019



Un cuerpo salvaje
El que asiste al teatro tiene siempre ante sí el desafío y la posibilidad de correr los velos que cubren el o los enunciados ocultos de una obra. El des-cubrir y des-capar convierte a los públicos en activos participantes del hecho teatral, no ya por su sola e ineludible presencia para rubricar el pacto, sino por completar y reconfigurar el hecho creativo con los elementos de su razón y su sensibilidad.          Sabido es que, así como no hay dos funciones  exactamente iguales, cada cual sale de la experiencia teatral con su propio bagaje de descubrimientos y modificaciones.
La cartelera teatral independiente porteña se ve enriquecida con varias piezas de dramaturgistas argentinos, que van desde los inicios del siglo XX hasta la actualidad y allí se abordan y se examinan tanto problemáticas constitutivas de nuestro origen y nuestro destino,  tal el caso del ejercicio del poder para beneficio propio de las clases acomodadas (oligarquía vacuna ayer, burguesía sojero-financiera hoy) tejiendo esa construcción de riqueza privada y formación de subjetividad pública.        
Ubicada en el espacio de una estancia patricia de fines del siglo XIX, y en medio de los avatares de una familia que reproduce las conductas, a veces manifiestas y a veces sutiles, de desprecio por indios y peones que paradójicamente son quienes los sirven, Un cuerpo salvaje de Silvia Gómez Giusto puede ser entendida en sus múltiples vectores de significación;  la tensión universal entre deseos y convenciones, la sublimación de lo europeo, los vínculos opresivos, las contra tendencias liberadoras, el despertar sexual, las ambiciones desmedidas y la imposibilidad de reprimir algunas aristas de lo humano encorsetadas por la cultura.
Si como aprendimos de nuestros maestros, el teatro se hace con teatro, es destacable en principio el cuidado puesto en la  escenografía que fragmenta los diferentes espacios sin perder unidad y un vestuario de época que respeta hasta los mínimos detalles.
A lo dicho debe sumarse la materia prima esencial del teatro, sin la cual no habría acontecimiento, y esto es el excelente grupo de actrices y actores, dirigidos con maestría, que conforman esa familia en crisis y a la que un elemento externo que actúa como disparador los llevará  a exponer todas las represiones y atavismos que, en vano, tratan de ocultar. Para disfrutar con intensidad y para desvelar nuestra historia y entender algunas claves del presente, una muy buena opción es ir al teatro a ver Un cuerpo salvaje.
Yo que vos…  
Un cuerpo salvaje
Dramaturgia y dirección general: Silvia Gómez Giusto     
Elenco: Jazmín Falak, Virginia Kaufmann, Rafael Solano, Silvina Katz, Cecilia Marani, Lucia Villanueva, Manuel melgar, Mauro Álvarez, Flora Riviére, Matías Broglia         
Espacio Callejón, Humahuaca 3759, CABA
Viernes y Sábados 22.15 hs.
Jorge Nicosia 
El Rescate – Jueves a las 20 hs.       
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